La Navidad es esa época del año en la que solemos realizar comidas copiosas, comidas que pueden alterar nuestra dieta y hacernos coger unos kilos de más. En el siguiente artículo, os mostramos soluciones para evitar las tentaciones navideñas, y para que elijáis la opción más saludable.
La Navidad y las comidas copiosas
Una comida copiosa es una comida abundante, que tiene como resultado una digestión pesada en la que están presentes alimentos más calóricos y ricos en grasas e hidratos. Durante la Navidad es cuando más abusamos de éstas comidas, lo que se traduce en una mala digestión y absorción de nutrientes; ocasionándonos así malestar, flatulencias, dolor abdominal o reflujos.
Ningún extremo es recomendable, no podemos pensar que como es Navidad todo está permitido, y perder así todo el esfuerzo y/o nuestros hábitos saludables que seguimos durante todo el año. Por otro lado, tampoco es recomendable aislarse y no celebrar las reuniones familiares o con amigos, ya que implicaría perder muy buenos momentos. Debemos vivir la Navidad con conciencia, tú eres el responsable de lo que comes, de lo que bebes y del ejercicio que realizas.
Consejos dietéticos para Navidad
- Mentalízate y planifícate para intentar hacer algo de ejercicio en estas fechas.
- Se lo más fiel posible a tus hábitos saludables, perderlos cuesta muy poco.
- Atención a las cantidades, estamos rodeados de alimentos poco saludables y calóricos en grandes cantidades. La clave es no repetir ni picar, si no controlar las cantidades y no comer mucho más que en una comida habitual.
- Sigue el método del plato saludable también en Navidad. Éste debe estar dividido en 3 partes, la mitad del mismo la llenamos con verduras y hortalizas, la otra mitad del plato, la dividimos en dos partes, una de ellas debe consistir en productos proteicos y la otra parte, que nos queda, debe contener cereales. De esta forma conseguimos que nuestra alimentación sea lo más equilibrada posible.
- Evita ir a las comidas con hambre, de esta forma cuando veamos toda esa comida nuestro cuerpo no nos pedirá a gritos comer todo lo que estamos viendo, tendremos un mayor control.
- Mantente bien hidratado, ya que muchas veces confundimos la señal de hambre por la de sed.
- Evita las bebidas alcohólicas, ya que de alcohol no hay una recomendación saludable, se trata de un tóxico. También debemos evitar los refrescos. Ambos tipos de bebidas aportan calorías vacías, por lo que debes intentar evitarlos lo máximo posible, y elegir como bebida estrella «el agua».
- Haz un picoteo saludable como unas brochetas de verduras, ensaladas variadas, chips de verduras… Nunca está mal innovar y cambiar nuestros platos, y con ello mejorar nuestras costumbres culinarias navideñas.
- Elige postres saludables como fruta.
- Procura no dejar sobre la mesa la comida una vez que se ha terminado de comer o cenar. Esto ocasiona que sigamos comiendo de manera inconsciente, a pesar de no tener hambre.
- Cocina sólo la cantidad que se va a comer el día de la celebración, evitando que estas preparaciones sigan presentes en tu mesa durante los días siguientes.
- Los dulces navideños se nos presentan como alimentos de temporada, cosa totalmente errónea. Los alimentos de esta temporada serían las naranjas, la caballa y el brócoli, entre otros. Así que con los dulces navideños es necesario planificar bien la compra; intentando evitar comprar dulces ultraprocesados. Si finalmente tenemos que comerlos, hazlo solamente “cuando toca” y con moderación, es decir los días más señalados de Navidad.
- Haz caso a tus señales de saciedad. Para de comer cuando sepas que no tienes más hambre, intenta masticar despacio y saboreando los alimentos.
Si finalmente no has podido seguir estos consejos, y crees haberte excedido en una comida con alimentos ricos en grasa, azúcar, sal… procura “compensar” la siguiente comida con abundancia de vegetales y fruta.