El periodo navideño es época de nostalgia, de reflexión, es el momento de plantear nuevas metas para el año siguiente, pero también es época de estrés y ansiedad en ocasiones, pues hay que comprar regalos, amigo invisible, hay que preparar comida para los encuentros familiares, tenemos comidas de empresa, así como de las distintas actividades a las que asistimos, etc.
A pesar de ello, para muchas personas, la mayor fuente de estrés durante las vacaciones de Navidad es la familia, principalmente, las comidas familiares, las tradiciones familiares, ya que en estas fechas de reunión suelen encontrarse con el famoso “cuñado sabelotodo”, “el tío que no se ocupa del cuidado del abuelo”, “el primo antipático”, “la familia política” (que une los conceptos que provocan mayores discusiones, familia y política), etc.
De hecho, la mayoría de las personas tienen reuniones familiares que no son perfectas, en las que hay tensiones familiares y no todo son buenos sentimientos y palabras.
Por ello, he creído necesario escribir un post con consejos acerca de ello.
- Toma decisiones conscientes.
Piensa los Pros y Contras de asistir a esa quedada o reunión familiar, tanto propios como los que influyen sobre tu pareja e hijos si los tienes. Si los contras pesan mucho más, crees que no vas a disfrutar o que no vas a poder tener una buena actitud, no es obligatorio asistir, puedes hablar con tu pareja acerca de cómo te sientes y cambiar los planes. Si decides asistir, debes ser consciente de lo que encontrarás allí, para lidiar con aquellas situaciones difíciles, sin olvidar que son personas con las que compartes algo, sea lo que sea, enfócate en eso. Para ello, busca esas cosas que te ilusionan o que te hacen sentir bien en familia y apúntalas para tenerlas en cuenta.
- Piensa un plan de acción
Para llevar de la mejor manera ese encuentro familiar, sería bueno pensases al lado de quién te quieres sentar porque crees que vas a estar más cómodo, qué conversaciones tendrás y cuales evitarás o desviarás porque sabes que al final terminan en conflicto, cómo responderás a las preguntas delicadas, etc. Un buen ejercicio para ello es tomar papel y lápiz y apuntar los peligros que se esconden ese día. ¿Hay algún tema tabú que no se puede sacar? ¿Es mejor no hablar de política o de trabajo? ¿Qué fue lo peor que ocurrió el año pasado? ¿Tuve algo de responsabilidad en ello? ¿Puedo cambiar algo?. Así pondrás en perspectiva todo lo ocurrido.
- Trata a los familiares como a ti te gustaría que te tratasen
Toda relación afectiva es recíproca, es decir, yo recibiré aquello que doy, y viceversa, yo daré aquello que recibo, por lo que vamos a fomentar el respeto, la empatía, la comprensión, la generosidad y la gratitud para recibir lo mismo. Deja de lado la actitud de estar a la defensiva, en alerta, pensando que en cualquier momento te van a atacar, esto empeora la situación, así que relájate.
- Si lo necesitas practica mindfulness o cambia el foco
Una vez allí, concéntrate en lo que estás viviendo, deja de lado las rencillas pasadas, y sobre todo, no pierdas la paciencia, si hay familiares o comentarios que te están poniendo nervioso/a concéntrate en otro familiar que te transmite calma o bienestar, un familiar con el que tengas cosas en común, en la comida que estás degustando, su textura, su sabor… así cambiarás tu foco de atención, conseguirás lidiar con ello y tu actitud cambiará. Recuerda que no siempre puedes llevar la razón, no juzgues ni critiques, hay muchas posibilidades y puntos de vista.
- Controla la bebida
Normalmente asociamos las reuniones familiares con excesos, que no falte comida ni bebida. Como todos sabemos el alcohol es un deshinibidor de nuestra conducta, así que no bebas más de la cuenta para evitar decir cosas que en otro momento no dirías.
- Evita las comparaciones
No juzgues ni te compares acerca de cómo deberían ser las cosas, pues en muchas ocasiones nos comparamos con las familias perfectas que vemos en los anuncios de televisión, teniendo así una visión idealizada de ellas, lo que nos hace sentir malestar. Pues la realidad es que hay muchas familias, unas que disfrutan de esa compañía, y otras a las que esas reuniones familiares, ya sea en Navidad o en cualquier otra fecha del año les generan estrés y tienen dificultades para manejarlas.
Espero que estos consejos te ayuden al afrontamiento de las reuniones familiares que tengas, y este año puedas tener una experiencia positiva, donde disfrutes de la compañía libre de discusiones o momentos tensos.
Alicia García Cebrián.